domingo, 29 de julio de 2012


Proverbios 11

El justo se libera de la angustia, el malvado será angustiado en su lugar.
El impíos arruina con su boca al prójimo, pero los justos se liberan con su sabiduría.
La ciudad se alegra por la alegría de los justos, y lanza gritos de jubilo con la perdición de los malos.
Los hombres rectos traen a la cuidad la bendición con la que se levanta; la boca de los malvados la destruye.
El que desprecia a su prójimo es un insensato, el sabio prefiere callar.
El hablador revela los secretos, el de espíritu seguro oculta las cosas.
Por falta de gobierno decaen un pueblo; donde hay numerosos consejeros hay éxito.

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