martes, 25 de diciembre de 2018

Evangelio     Jn 1, 1-5. 9-14


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Palabra del Señor.

Comentario

La Palabra estaba junto a Dios y ahora está en medio de nosotros. Con la Palabra, llega a nuestra vida la luz y la verdad. ¿Cómo no optar por esta Palabra? ¿Cómo podríamos quedarnos con palabras vanas o maliciosas, cuando la Palabra Viva del Padre se pronuncia sobre nuestra vida? Es el cumplimiento de la Palabra lo que dignifica nuestra condición de hijos. Es la Palabra que meditamos y celebramos.

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