viernes, 7 de noviembre de 2014

El primer milagro en la boda de Caná (Juan 2; 1 - 11)

Tres días mas tarde se celebraba una boda en Caná de Galilea, y la madre de JESUS estaba allí. También fue invitado JESUS a la boda con sus Discípulos. Sucedió que se terminó el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la madre de JESUS le dijo: No tenemos vino. JESUS le respondió: “¿Qué quieres de Mi mujer? Aún no ha llegado mi hora”
Pero su madre le dijo a los sirvientes: Hagan lo que El les diga.
Había allí seis recipientes de piedra, de los que usaban los Judíos para sus purificaciones, de unos cien litros de capacidad cada uno. JESUS dijo: “Llenen de agua estos recipientes”   Y los llenaron hasta el borde. “Saquen ahora” les dijo “y llévenle al mayordomo” Y ellos se lo llevaron.
Después de probar el agua convertida en vino, el mayordomo llamó al novio, pues no sabía de dónde provenía, a pesar de que lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Y les dijo: Todo el mundo sirve al principio el vino mejor, y cuando todos ya han bebido bastante le dan el de menos calidad, pero tu has dejado el mejor vino para el final.
Esta señal milagrosa fue la primera, y JESUS la hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria y sus Discípulos creyeron en El.
Palabra del Señor.

Comentario

“La orden de la madre, es decir, que hicieran lo que Jesús les dijera, se está realizando a la perfección. El mayordomo prueba el agua convertida en vino. No conoce el origen del vino, pero los sirvientes sí. Ellos habían echado el agua y saben que el vino es el resultado de una cadena de respuestas o reacciones a una serie de ‘palabras’: la palabra de la madre sobre la palabra de su hijo (v. 5) y las dos palabras de Jesús (vv. 7-8). La importancia de aceptar la ‘palabra’ de Jesús es un tema crucial” (F. Mülüney, El Evangelio de Juan).



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