viernes, 16 de octubre de 2015

Lucas 12; 1 – 7

Entre tanto se habían reunido miles y miles de personas, hasta el punto de que se aplastaban unos con otros. Entonces JESUS se puso a decir especialmente para sus Discípulos: “Cuídense de la levadura de los Fariseos, que es la hipocresía. Nada hay tan oculto que no haya de ser descubierto o tan escondido que no haya de ser conocido. Por el contrario, todo lo que hayan dicho en la oscuridad, será oído a la luz del día, y lo que hayan dicho en las habitaciones será pronunciado desde las azoteas.
YO les digo a ustedes, amigos míos, no teman a los que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada mas, YO les voy a mostrar a quien deben temer; Teman a aquel que: después de quitarle a uno la vida, tiene poder para echarlo al infierno. Créanme que es a ése al que deben temer, ¿no se venden cinco pajaritos por dos monedas? Pues bien, delante de DIOS ninguno de ellos ha sido olvidado. Incluso los cabellos de ustedes están contados. No teman, pues ustedes valen mas que un sinnúmero de pajaritos.”
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús previene sobre la levadura de los fariseos, es decir, su doctrina. La levadura tiene un efecto irrefrenable: una vez que ha comenzado su proceso en la harina, ya no vuelve atrás, todo ha quedado modificado. Así como Jesús habló de la buena levadura del Reino, también nos habla de la mala levadura que es la enseñanza legalista de los fariseos, que deja de lado el amor de Dios. No permitamos que esa levadura afecte a nuestra comunidad.
 

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