sábado, 21 de noviembre de 2015

Lucas 20; 27 – 40

Se acercaron a JESUS algunos saduceos. Esta gente niega que haya resurrección, y por eso le plantearon esta cuestión: Maestro, Moisés nos dejo escrito: Si un hombre tiene esposa y muere sin dejar hijos, el hermano del difunto debe tomar a la viuda para darle un hijo, que tomará la sucesión del difunto. Había, pues, siete hermanos. Se casó el primero sin dejar hijos. El segundo y el tercero se casaron después con la viuda. Y así los siete, pues todos murieron sin dejar hijos.
Finalmente murió también l mujer. Si hay resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa esta mujer, puesto que los siete la tuvieron?
JESUS les respondió: “Los hombres y mujeres de este mundo se casan, pero los que sean juzgados dignos de entrar en el otro mundo  y de resucitar de entre los muertos, ya no tomarán marido ni esposa.
Además ya no pueden morir, sino que son como ángeles. Son también hijos de DIOS, por haber nacido de la resurrección.
En cuanto  a saber si los muertos resucitan, el mismo Moisés lo dio a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al SEÑOR: DIOS de Abraham, DIOS de Isaac, y DIOS de Jacob. El no es DIOS de muertos, sino de vivos, y todos viven por EL.”
Intervinieron algunos maestros de la ley y le dijeron: Maestro, has hablado bien. Pero en adelante no se atrevieron a hacerle mas preguntas.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús sabe “saltar” de una discusión puramente terrenal a una respuesta profunda, pensando en la resurrección. Quizás este modo de pensar y de responder nos ayude a no quedarnos en discusiones eternas, sin sentido y sin salida, y posicionarnos mejor para ver el proyecto que Dios tiene sobre todos.
 

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