lunes, 2 de noviembre de 2015

Lucas 24; 1 – 8

El primer día de la semana, muy temprano, fueron las mujeres al sepulcro, llevando los perfumes que habían preparado. Pero se encontraron con una novedad; la piedra que cerraba el sepulcro había sido removida, y al entrar no encontraron el cuerpo del SEÑOR JESUS.
No sabían que pensar, pero en ese momento vinieron a su lado dos hombres con ropas fulgurantes. Estaban tan asustadas que no se atrevieron a levantar los ojos del suelo. Pero ellos le dijeron: ¿Por qué buscan entre los muerto al que vive? No está aquí, Resucito. Recuerden lo que les dijo cuando aún estaba en Galilea. “El Hijo del Hombre debe ser entregado en manos de los pecadores y ser crucificado, y al tercer día resucitará”. Ellas entonces recordaron las palabras de JESUS.
Palabra del Señor.

Comentario


Como les ocurrió a las discípulas, muchas veces ante la muerte, no sabemos qué pensar. La muerte nos descoloca. En esos momentos, hagamos resonar en nuestro corazón las palabras de Jesús. El pasó por la muerte y ahora está vivo. Él vino para darnos vida en abundancia.
 

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