domingo, 17 de septiembre de 2017

1ª Lectura    Ecli 27, 30—28, 7

Lectura del libro del Eclesiástico.
El rencor y la ira son abominables, y ambas cosas son patrimonio del pecador. El hombre vengativo sufrirá la venganza del Señor, que llevará cuenta exacta de todos sus pecados. Perdona el agravio a tu prójimo y entonces, cuando ores, serán absueltos tus pecados. Si un hombre mantiene su enojo contra otro, ¿cómo pretende que el Señor lo sane? No tiene piedad de un hombre semejante a él, ¡y se atreve a implorar por sus pecados! Él, un simple mortal, guarda rencor: ¿quién le perdonará sus pecados? Acuérdate del fin, y deja de odiar; piensa en la corrupción y en la muerte, y sé fiel a los mandamientos; acuérdate de los mandamientos, y no guardes rencor a tu prójimo; piensa en la Alianza del Altísimo, y pasa por alto la ofensa.
Palabra de Dios.

Comentario


A veces, nuestra espiritualidad es “tan espiritual” que no nos damos cuenta de que no podemos dirigirnos a Dios para acudir a su misericordia si nos hemos vuelto rencorosos o distantes del hermano. ¿No escuchamos, acaso, el grito del hermano que clama por nuestro amor y misericordia? ¿No sentimos que debemos amar a quienes el mundo ha despojado de amor?

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