lunes, 4 de septiembre de 2017

Lectura        1Tes 4, 13-18

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica.
No queremos, hermanos, que vivan en la ignorancia acerca de los que ya han muerto, para que no estén tristes como los otros, que no tienen esperanza. Porque nosotros creemos que Jesús murió y resucitó: de la misma manera, Dios llevará con Jesús a los que murieron con él. Queremos decirles algo, fundados en la Palabra del Señor: los que vivamos, los que quedemos cuando venga el Señor, no precederemos a los que hayan muerto. Porque a la señal dada por la voz del Arcángel y al toque de la trompeta de Dios, el mismo Señor descenderá del cielo. Entonces, primero resucitarán los que murieron en Cristo. Después nosotros, los que aún vivamos, los que quedemos, seremos llevados con ellos al cielo, sobre las nu­bes, al encuentro de Cristo, y así permaneceremos con el Señor para siempre. Consuélense mutuamente con estos pensamientos.
Palabra de Dios.

Comentario


Los tesalonicenses tenían dudas respecto a la resurrección, lo cual era lógico, pues tenían su origen en parte en su contexto: la cultura griega, donde había creencias muy diversas, como la reencarnación y la elevación del alma. Ello explica su dificultad para aceptar la resurrección como estado pleno y definitivo. Por eso, san Pablo es vehemente en este punto: de la misma manera que Jesús murió, resucitó y hoy está con Dios, así estaremos todos nosotros.

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