lunes, 15 de marzo de 2021


 

Juan 4; 48 – 54

JESÚS salió de Samaria y se fue a Galilea. Había dicho que ningún profeta es aclamado en su tierra. Cuando llegó, los Galileos lo recibieron bien, porque habían vito todo lo que hizo en Jerusalén durante la fiesta, pues ellos también habían estado allí. Había un funcionario y su hijo estaba muriendo, oyó que JESÚS iría por allí y fue a pedirle que cure a su hijo, JESÚS le dijo: “Si no ven ustedes signos y prodigios, no creen”. El funcionario insistió: SEÑOR, ven antes que mi muchachito muera. JESÚS le contesto: “Vete, tú hijo ya está sano”. Aquel hombre creyó en la palabra de JESÚS y se puso en camino de regreso a su ciudad. Cuando por el camino encontró a sus sirvientes que le venía a decir que su hijo estaba sano. El funcionario les preguntó a  que horas comenzó a mejorar el niño, le contestaron: Ayer a la una de la tarde, a la misma hora que JESÚS le  había ducho: “Tu hijo esta sano”. Y creyó con todos los de su casa. Este fue el segundo signo que hizo JESÚS al volver de Judea a Galilea.

PALABRA DEL SEÑOR.- GLORIA A TÍ, SEÑOR, JESÚS.

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