miércoles, 10 de agosto de 2016

Juan 12; 24 – 26

“En verdad les digo: Si el grano de trigo cae a la tierra y se muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida la destruye, y el que desprecia su vida en este mundo, la conserva para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde YO este, allí estará también mi servidor. Y al que me sirve, el PADRE le dará un puesto de honor.”
Palabra del Señor.

Comentario

¡Cuántos creyentes que, siguiendo a Jesús como el diácono san Lorenzo, han dado su vida de manera fructuosa! Su generosidad se multiplicó y creció en frutos buenos para toda la Iglesia. Su entrega, tantas veces silenciosa como el grano escondido en la tierra, se ha multiplicado abundantemente.


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