jueves, 25 de agosto de 2016

Mateo 24; 42 – 51

“Por eso estén prevenidos, porque no saben en que día vendrá su SEÑOR. Fíjense en esto: Si un dueño de su casa supiera a que hora va a asaltarlo el ladrón, seguramente permanecería despierto para impedir el asalto a su casa. Por eso, estén ustedes también preparados, porque le Hijo del Hombre vendrá a la hora que menos lo esperan.
Imagínense un administrador capaz y digno de confianza. Su señor lo ha puesto al frente de su familia, y es él el que le reparte el alimento a su debido tiempo. Afortunado será este servidor si, al venir su señor lo encuentra cumpliendo su deber. En verdad les digo: su señor lo pondrá al cuidado de todo lo que tiene.
No será así con el servidor malo que piensa: mi señor se ha marchado, y empieza a maltratar a sus compañeros y a comer y a beber con borrachos. El patrón de ese servidor vendrá el día que no lo espera y a la hora que menos piensa. Le quietara el puesto y lo mandara donde los hipócritas. Allí será el llorar y rechinar de dientes.”
Palabra del Señor.

Comentario

“La clave interpretativa de este fragmento del Evangelio (...) es el estar despiertos, y en ese estar despiertos unirnos al sueño de Jesús, a identificarnos con su utopía porque Jesús tiene un sueño que no nos puede dejar dormir. El estar despiertos es una invitación a participar de ese sueño de un nuevo cielo y una nueva tierra donde ya no habrá más lágrimas. La llegada del Hijo del Hombre significará el fin de todo sistema excluyente, tanto a nivel económico como cultural y religioso. Es por eso que el Reino es una amenaza para todos aquellos que hoy o ayer ejercen el poder en forma autoritaria y para el beneficio de unos pocos. El Reino significa la entrada de los márgenes de la historia al gran banquete del final de la historia de exclusión” (Pastor L. Orlov,http://www.pastoralsida.com.ar/paginas_internas/desafios_de_la_palabra/a_1adv.htm).



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