viernes, 5 de agosto de 2016

Mateo 16; 24 – 28

Entonces JESUS dijo a sus Discípulos: “El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera asegurar su vida la perderá, pero el que sacrifique su vida por causa mía, la hallará. ¿De que le servirá a uno ganar el mundo entero si se destruye a si mismo? ¿Qué dará para rescatarse a si mismo?
Sepan que el Hijo del Hombre vendrá con la Gloria de su PADRE, rodeado de ángeles, entonces recompensara a cada uno según su conducta.
En verdad les digo: Algunos de los que están aquí presente no morirán sin ante haber visto al Hijo del Hombre viniendo como rey”
Palabra del Señor.

Comentario

La vida sólo se gana perdiéndola, sobre todo en la entrega, en el servicio y en el caminar. Por el contrario, querer conservarla egoístamente solo la arruina, y nada se gana con eso. Como dice la canción del Padre Julián Zini: “Qué triste debe ser llegar a viejo / con el alma y las manos sin gastar. / Qué triste integridad la del pellejo / que nunca se jugó por los demás”.


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