viernes, 15 de mayo de 2015

Juan 16; 20 – 23

“En verdad les digo que llorarán y se lamentarán, mientras que el mundo se alegrará. Ustedes estarán apenados, pero su tristeza se convertirá en gozo.
La mujer se siente afligida cuando esta por dar a luz, porque le llega la hora del dolor. Pero después que ha nacido la criatura se olvida de las angustias por su alegría tan grande; piensen; ¡un ser humano ha venido al mundo! Ahora así también ustedes sienten tristeza, pero YO los volveré a ver y su corazón se llenara de alegría, y nadie les podrá arrebatar ese gozo. Cuando llegue ese día ya no tendrán que preguntarme nada.”
Palabra del Señor.

Comentario

“El Evangelio, donde deslumbra gloriosa la Cruz de Cristo, invita insistentemente a la alegría. El mensaje de Jesús es fuente de gozo. Nuestra alegría cristiana bebe de la fuente de su corazón rebosante. Él promete a los discípulos: ‘Estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría’. Pero reconozco que la alegría no se vive del mismo modo en todas las etapas y circunstancias de la vida, a veces muy duras. Se adapta y se transforma, y siempre permanece al menos como un brote de luz que nace de la certeza personal de ser infinitamente amado, más allá de todo” (Papa Francisco, La Alegría del Evangelio, nros. 5 y 6).


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