sábado, 13 de junio de 2015

La primera iniciativa del joven JESUS (Lucas 2; 41 – 51)

Los padres de JESUS iban todos los años a Jerusalén para la pascua. Cuando JESUS cumplió los doce años, subió también con ellos a la fiesta, pues así había de ser. Al terminar los días de la fiesta regresaron, pero el niño JESUS se quedo en Jerusalén sin que sus padre lo supieran.
Seguros de que estaba con la caravana de vuelta, caminaron todo un día. Después se pusieron a buscarlo entre sus parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en su búsqueda. Al tercer día lo hallaron en el Templo, sentado en el medio de los maestros de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían quedaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
Sus padres se emocionaron mucho al verlo; su madre le decía: Hijo, ¿Por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos. El les contesto: “¿Y porque me buscaban? ¿No saben que Yo debo estar donde Mi PADRE?” Pero ellos no comprendieron esta respuesta.
JESUS entonces regreso con ellos, llegando a Nazaret. Posteriormente siguió obedeciéndoles. Si madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón.
Palabra del Señor.

Comentario

Desde su infancia, Jesús ha mostrado cuál es su misión: Estar en las cosas del Padre. En el mismo lugar que María tuvo que buscarlo alguna vez, ahora nos toca a nosotros: Justamente allí, “en las cosas del Padre”. ¿Y cuáles son esas “cosas del Padre”? Vivir, expresar y defender la vida humana son los asuntos del Padre.

  

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