martes, 16 de junio de 2015

Mateo 5; 43 – 48

“Ustedes han oído que se les dijo: Amarás a tu prójimo y no harás amistad con tu enemigo. Pero YO les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su PADRE que esta en los Cielos.  Porque El hace brillar su sol sobre los malos y los buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿Qué merito tiene? También los cobradores de impuestos lo hacen. Y si saludan solo a sus amigos, ¿Qué tiene de especial? También los paganos se comportan así. Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el PADRE de ustedes que eta en el Cielo.”
Palabra del Señor.

Comentario

La exhortación de Jesús “sean perfectos” podría ser traducida como “sean plenos”. Y la plenitud de Dios es el amor, por el cual no se rechaza a nadie, ni siquiera al enemigo. Esto es vivir en la plenitud, esa caridad que no deja a nadie afuera. Humanamente, no estamos dispuestos a amar al enemigo. Esto sólo puede hacerlo el Espíritu Santo en nosotros. Él es quien nos hace plenos, “completos” de amor.


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