viernes, 12 de junio de 2015

Le abrió el costado y broto agua y sangre (Juan 19; 31 – 37)

Como era el día de la preparación de la Pascua, los Judíos no querían que los cuerpos quedaran en la cruz durante el sábado, pues aquel sábado era un día muy solemne. Pidieron a Pilatos que hiciera quebrar las piernas a los crucificados y retirarán los cuerpos. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con JESUS. Pero al llegar a JESUS vieron que ya estaba muerto, y no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le abrió el costado con la lanza, y al instante salió sangre y agua.
El que lo vio da testimonio. Su testimonio es verdadero, y Aquel sabe que dice la verdad. Y da este testimonio para que ustedes crean. Esto se cumplió para que se cumpliera la escritura que dice: “No le quebrarán ni un solo hueso”  Y en otro texto dice: “Contemplarán al que traspasaron.”
Palabra del Señor.

Comentario

Qué hipocresía la de estos hombres de querer cumplir el sábado luego de que han asesinado a un justo. Y, sin embargo, eso se repite cuando justificamos nuestras faltas de amor bajo pretextos religiosos.


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