viernes, 12 de septiembre de 2014

Lucas 6; 37 – 42

“No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará; se les echara en su delantal una medida colmada, apretada y rebosante. Porque con la medida que ustedes midan serán medidos ustedes.”
JESUS les puso también esta comparación: “¿Puede un ciego guiar a otro ciego? Ciertamente caerán ambos en un hoyo. El discípulo no esta por encima de su maestro, pero si se deja formar, se parecerá al maestro.
¿Y porque te fijas en la pelusa que tiene tu hermano en el ojo, si no eres consciente de la viga que tienes en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, deja que te saque la pelusa que tienes en el ojo, si tu no ves la viga que tuenes en el tuyo? Hipócrita, saca la viga de tu propio ojo para que veas con claridad, y entonces sacarás la pelusa en el ojo de tu hermano.”
Palabra del Señor.

Comentario

¿De quién vendrá la recompensa? ¿Quién nos dará esta medida rebosante? No la esperemos de los hombres, porque no siempre los seres humanos devolvemos el amor que se nos da. Sólo Dios podrá colmar nuestro corazón, y en la medida en que amemos experimentaremos cada vez más su amor en nuestra existencia.


 

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