sábado, 19 de marzo de 2016

Lucas 2; 41 – 51

Todos los años los padres de JESUS iban a Jerusalén para las fiestas de Pascuas. Cuando JESUS cumplió los Doce años, subió también con ellos a la fiesta, pues así debía de ser. Al terminar los días de las fiestas regresaron, pero el niño JESUS se quedo en Jerusalén sin que sus padres lo supieran.
Seguros de que estaba con la caravana de vuelta, caminaron todo un día. Después se pusieron a buscarlo entre sus parientes y conocidos. Como no lo encontraron,  volvieron a Jerusalén en su búsqueda. Al tercer día lo hallaron en el Templo, sentado en el medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían, quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas.
Sus padres se emocionaron mucho al verlo, su madre le decía: Hijo, ¿Por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo estábamos muy angustiados mientras te buscábamos. El les contesto: “¿Y porque me buscaban? ¿no saben que YO debo estar donde mi PADRE? ” Pero ellos no comprendieron esta respuesta.
JESUS entonces regreso con ellos a Nazaret. Posteriormente siguió obedeciéndoles. Su madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón.
Palabra del Señor.


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