jueves, 3 de abril de 2014

JESUS sube a Jerusalén (Juan 7, 1 – 2 – 10 – 25 -30)

Después de esto, JESUS iba de un lugar a otro de Galilea; no quería estar en Judea porque los Judíos querían matarle.
Se acercaba la fiesta de los Judíos llamada de las tiendas. Solamente después que sus hermanos fueron a la fiesta subió El también pero sin decirlo y como en secreto.
Algunos habitantes de Jerusalén decían: Pero, ¿no es este el que quieren matar? Pues ahí lo tienen hablando con toda libertad y no le dicen nada. ¿será que nuestros dirigentes han reconocido que El es el Mesías? Pero este sabemos de donde viene, mientras que cuando venga el Mesías, nadie sabrá de donde viene.
Entonces JESUS dijo en voz muy alta mientras enseñaba en el templo: “Ustedes dicen que me conocen. Ustedes saben de donde vengo. Sepan que Yo no he venido por mi propia cuenta, quien me envía es el verdadero, y ustedes no lo conocen. EL es el que me ha enviado, y Yo lo conozco porque vengo de EL.”
Los Judíos hubieran querido llevarlo preso, pero nadie le puso las manos encima porque todavía no había llegado su hora.

Comentario

Los judíos se admiraban de la sabiduría de Jesús, que provenía de arriba, del Padre. Juan, en su Evangelio, distingue entre las opiniones de los judíos y las de la gente: los judíos eran los que se negaban a creer y buscaban el tropiezo de Jesús; la gente, en cambio, trataba de entenderlo para poner su fe en él.



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