sábado, 5 de abril de 2014

 Discusión sobre el origen de CRISTO (Juan 7, 40 - 53)

Muchos de los que escucharon esto dijeron: Realmente este es el profeta. Unos afirmaban: Este es el Mesías. Pero otros decían: ¿Cómo va a venir el mesías de Galilea? ¿No dice la escritura que el Mesías es un descendiente de David  y que saldrá de Belén, la ciudad de David? La gente, pues, estaba dividida a causa de JESUS. Algunos querían llevarlo preso, pero nadie le puso las manos encima.
Cuando los guardias del templo volvieron a donde los Sacerdotes  y los Fariseos, les preguntaron: ¿Por qué no lo habían traído? Los guardias contestaron: Nunca hombre alguno ha hablado como este. Los Fariseos les dijeron: ¿También ustedes se han dejado engañar?  ¿Hay algún jefe o algún fariseo que haya creído en él? Pero esa gente no conoce la ley, ¡son unos malditos!
Les respondió Nicodemo, el que había ido antes a ver a JESUS y que era uno de ellos. Dijo: ¿Acaso nuestra ley permite condenar sin escuchar antes y sin averiguar lo que ha echo? Le contestaron: ¿También tu eres de Galilea? Estudia las escrituras y verás que de Galilea no salen profetas. Y se fue cada uno a su casa.

Comentario

Cualquier ciudad o región es destinataria de la buena noticia y de la vida. En aquel tiempo, lo fue Galilea, una provincia de mala fama entre los ortodoxos de la fe. Hoy puede ser cualquier lugar donde Dios quiera manifestarse. No pensemos que porque nuestra comunidad sea pequeña no vale nada, ni que es “la mejor” por ser grande o porque supera al resto de las ciudades porque posee más recursos. Dios obra donde encuentra corazones dispuestos.


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