miércoles, 11 de junio de 2014

JESUS envía a los primeros misioneros (Mateo 10; 7 – 13)

“A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los Cielos esta ahora cerca!
Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos y echen a los demonios. Ustedes lo recibieron sin pagar, denlo sin cobrar.
No lleven oro, plata o monedas en el cinturón. Nada de provisiones para el viaje, o vestidos de repuestos; no lleven bastón ni sandalias, porque el que trabaja se merece el alimento.
En todo pueblo o aldea en que entren, busquen una persona que valga, y quédense en su casa hasta que se vayan.
Al entrar en la casa, deséenle la paz. Si esta familia la merece, recibirá vuestra paz; y si no la merece, la bendición volverá a ustedes.”

Comentario

¿Somos capaces de reconocer todo lo que nos ha dado Jesús? Y cuando por fin nos damos cuenta de ello, ¿lo agradecemos? La generosidad de Dios con nosotros no tiene límites, es infinita. Y eso es lo que nos pide Jesús que hagamos con los demás: lo que hemos recibido, hay que darlo a los otros.



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