lunes, 30 de junio de 2014

Mateo 8; 18 – 22

JESUS, al verse rodeado por la multitud, dio la orden de cruzar a la otra orilla. Entonces se acercó un maestro de la ley y le dijo: Maestro, te seguiré a donde quiera que vayas. JESUS le contesto: “Los zorros tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el hijo del hombre no tiene ni siquiera donde recostar la cabeza” Otro de sus Discípulos le dijo: SEÑOR deja que me vaya y pueda enterrar primero a mi padre. JESUS le contesto: “sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos”

Comentario

En el sermón de la montaña, Jesús nos ha planteado cuál es nuestro tesoro. Aquí él mismo se presenta sin ningún tesoro material, ni siquiera el mínimo que exige la dignidad humana: una cama donde dormir. Esta opción radical de Jesús, este total desprendimiento, que incluye no sólo los bienes materiales, sino también la contención familiar, es el modo en que él se entrega con total libertad y sin ataduras a la voluntad del Padre.



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