miércoles, 21 de mayo de 2014

YO soy la vid Juan 15; 1 – 8

Yo soy la vid verdadera y mi PADRE el labrador. Toda rama que no da fruto en Mi la corta. Y todo sarmiento que no da fruto lo limpia para que de mas fruto.
Ustedes ya están limpios gracias a la palabra que les he anunciado, pero permanezcan en MI como Yo permanezco en ustedes. Un sarmiento no puede producir fruto por si mismo sino que permanece unido a la vid; ustedes tampoco pueden producir frutos si no permanecen unidos a MI.
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos. El que permanece en Mi y Yo en él, ése da mucho fruto pero sin Mi no pueden hacer nada. Al que no permanece en Mi lo tiran y se seca; como los sarmientos, que los amontonan, se echan al fuego y se queman.
Mientras ustedes permanezcan en MI y mis palabras permanezcan en ustedes pidan lo que quieran y lo conseguirán. Mi PADRE es Glorificado cuando ustedes producen abundantes frutos; entonces pasan a ser Discípulos míos.

Comentario

“El significado básico de la vid está bien claro. Del mismo modo que Jesús es la fuente de agua viva y el pan del cielo que da vida, también es la vid que comunica la vida. Hasta ahora, las metáforas en que se expresaba la idea de recibir de Jesús el don de la vida implicaban unas acciones externas: había que beber el agua o comer el pan de vida. Las imágenes que hallamos en la comparación de la vid son más íntimas, como corresponde al tema general de la interiorización que domina el discurso final: para tener vida hay que permanecer en unión con Jesús, del mismo modo que los sarmientos están unidos a la vid” (R. Brown, El evangelio según san Juan, Ed. Cristiandad).



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