sábado, 2 de julio de 2016

Antífona de entrada          Sal 46, 2

Todos los pueblos aplaudan y aclamen al Señor con gritos de alegría.

Mateo 9; 14 – 17

Entonces se le acercaron los Discípulos de Juan y le preguntaron: nosotros y los Fariseos ayunamos en muchas ocasiones ¿Por qué tus Discípulos no ayunan?
JESUS les contesto: “¿quieren ustedes que los compañeros del novio estén de duelo mientras el novio esta con ellos? Llegará el tiempo en que el novio les será quitado; entonces ayunarán.”
Nadie remienda un vestido viejo con pedazo de tela nueva, porque el pedazo nuevo tirará del vestido y la rotura se hará mayor. Nadie echa vino nuevo en recipientes de cuero viejos, porque si lo hacen, se reventarán los cueros, el vino se desparramará y los recipientes se estropearán. El vino nuevo se echa en cueros nuevos, y así se conservan bien el vino y los cueros.
 Palabra del Señor.

Comentario

Jesús nunca desestimó el ayuno. Es más, lo reconoce como algo cotidiano (por ejemplo cuando aconseja: “cuando ayunen… no hagan como…”). Sin embargo, hay momentos para sentirse más libres y celebrar, porque el encuentro con Jesús supera cualquier ritual y acto de piedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario