viernes, 15 de abril de 2016

Antífona de entrada          Apoc 5, 12

El Cordero que ha sido inmolado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Aleluya.

Juan 6; 51 – 59

“YO soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que YO daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo.”
Los Judíos discutían entre si: ¿Cómo puede este darnos a comer su carne? JESUS les dijo: “En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo de Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y YO lo resucitare el último día.
MI carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre nace en mi y YO en él. Como el PADRE que es vida, me envió y Yo vivo por el PADRE, así quien me come vivirá por mi. Este es el pan que ha bajado del cielo. Pero no como el de vuestros antepasados, que comieron y después murieron. El que coma este pan vivirá para siempre.”
Así habló JESUS en Cafarnaúm enseñando en la Sinagoga.
Palabra del Señor.

Comentario

La Eucaristía es alimento para el camino y fortaleza en la peregrinación. Sabemos tanto hacia dónde nos encaminamos, como también que contamos con este auxilio para nuestro caminar. Este pan nos sostiene y nos da energía. Este es el alimento que nos hace estar en marcha, no estancarnos y seguir adelante, hasta el encuentro definitivo.

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