sábado, 16 de abril de 2016

Antífona de entrada          Col 2, 12

Con Cristo fueron sepultados en el bautismo, y con él resucitaron, por la fe en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos. Aleluya.

Juan 6; 60 – 69

Al escucharlo, cierto número de Discípulos de JESUS dijeron: ¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién querrá escucharlo?
JESUS se dio cuenta de que sus Discípulos criticaban su discurso y les dijo: “¿Les desconcierta lo que les he dicho? ¿Qué será, entonces, cuando vean al Hijo del Hombre subir al lugar donde estaba antes? El espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. Pero hay algunos entre ustedes que no cree.”
Porque JESUS sabía desde el principio quienes eran los que no creían y quienes lo iban a entregar.  Y agregó: “Como he dicho antes, nadie puede venir a mi si no se lo ha concedido el PADRE.”
Desde ese entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y dejaron de seguirlo. JESUS pregunto a los doce: “¿Quieren marcharse también ustedes?” Pedro le contesto: SEÑOR, ¿a quien iríamos? Tú tienes palabra de vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de DIOS.
Palabra del Señor.

Comentario

El “movimiento” del texto es revelador: los discípulos comienzan diciendo que “el modo de hablar es duro”, y Pedro termina proclamando que Jesús “tiene palabras de vida eterna”. Luego viene la confesión de fe: “creemos que eres el Santo de Dios”. Es decir, de la duda se pasa a la proclamación y luego a la confesión. Una maravillosa manera de presentar un proceso de fe.


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